Aún recuerdo aquella comparecencia del presidente del Gobierno un 13 de marzo en la que se anunciaba el segundo estado de alarma en la historia de nuestro país que nos obligaba a confinarnos en nuestras casas. ¿Se acabó la escuela? ¿O tal vez NO?
El desconcierto fue enorme. De golpe desaparecían nuestras aulas, nuestras pizarras, la revisión de cuadernos de los alumnos, las tareas cooperativas, los exámenes escritos, el contacto directo, la observación diaria dentro del aula… ¿Y ahora qué?
A los docentes nos tocó reinventarnos, y tan sólo, en el exiguo espacio de tiempo de… ¡un día! En menos de veinticuatro horas transformamos nuestros hogares en aulas virtuales, nos hicimos expertos en videollamadas, convertimos en nuestras mejores amigas a las diferentes plataformas educativas (Classroom, Moodle, Tareas). Comenzamos a innovar a diario para que nuestro alumnado continuase con su proceso de enseñanza-aprendizaje con la mayor calidad posible. Este largo, muy largo, periodo de teletrabajo (aunque algunos duden de nuestra profesionalidad, lo que un docente ama, es estar en el aula), nos obligó a dar lo mejor de nosotros mismos, sin reservas.
Tocó volver a APRENDER. Nos pusimos en la piel del alumnado y de una manera u otra, comprendimos que debíamos seguir estando presentes en cada casa, con cada alumno, e intentando por todos los medios, hacerles su confinamiento escolar lo más productivo posible.
Muchísimos compañeros acostumbrados a la clase magistral y tradicional se formaron, se adaptaron a las nuevas tecnologías y pusieron todo cuanto pudieron para llegar al nivel de exigencia que requería la situación provocada por la pandemia. No les quedó más opción.
Comprendimos de repente que el uso de herramientas digitales, que algunos habían defendido durante tiempo, mientras encontraban el rechazo en otros, se hacía más necesario que nunca. Quienes se habían resistido a usar la tecnología en el aula, acogiéndose a la máxima de que nunca se había enseñado así, descubrieron de sopetón que ahora no había otra forma de enseñar.
González Mateo, Mario.