La importancia de la Comunicación No Verbal Científica (CNVC) en un proceso de negociación

En muchas ocasiones una negociación es como una partida de póker, no vemos las cartas del otro jugador y no podemos prever su próxima jugada… incluso puede “ir de farol”.

Con la Comunicación No Verbal Científica somos capaces de conocer aquello que no verbaliza nuestro interlocutor. ¿Sabías que las palabras son el 7% de lo que comunicamos? Por lo tanto, el 93% de lo que queremos decir lo hacemos de forma inconsciente con nuestro cuerpo o nuestra voz…

Por ello, son muchos los beneficios que podemos conseguir utilizando esta ciencia a nuestro favor en un proceso de negociación:

  1. El rechazo

Cuando comenzamos una reunión en la que vamos a llevar a cabo este proceso es importante tener en cuenta si nuestro interlocutor se encuentra receptivo desde el principio.

Aunque sepas vender bien tu producto, nadie te va a escuchar si sus pensamientos están centrados en el NO… Con la CNVC podemos observar cuando una persona no está receptiva y cambiar las cartas a nuestro favor.

  1. La apertura

Igualmente, podemos identificar qué es lo que más le ha gustado de aquello que le ofrecemos e incidir sobre esas cualidades.

Cada persona es un mundo. Unas mirarán más el precio, otras se guiarán más por aquello que le transmite el producto o el vendedor, y otras sólo mirarán la efectividad de lo que ofrezco. Si eres capaz de diferenciar qué es lo que más le gusta a tu comprador, tienes la negociación prácticamente cerrada. Pero por si acaso, te ayudamos con otra herramienta.

¡Presta atención! Porque si en un proceso de negociación tu cliente muestra ambos gestos… ¡lo tienes en el bote!

  1. El “farol”

Por último, todos hemos intentado en alguna ocasión durante un proceso de negociación transmitir algo que realmente no pensamos con el fin de conseguir nuestro objetivo.

Con la Comunicación No Verbal Científica podemos detectar cuando el interlocutor nos expresa una opinión, dato o cifra que realmente puede variar. Ya sea lo que está dispuesto a pagar por el producto, si le gusta más de lo que quiere mostrar para conseguir un precio más bajo, si realmente se puede permitir aquello que quiere comprar, y un largo etcétera de situaciones que pueden surgir durante una negociación.

Ahora bien, no solemos fijarnos en los gestos que hace la persona que tenemos en frente.

Los micropicores suelen durar poco tiempo y representan una desalineación entre lo que decimos y lo que realmente pensamos. Si el cliente te dice que no puede pagar eso, o que no está dispuesto a pagar ese precio y se rasca… puede ser que vaya de “farol”.

Interesante, ¿verdad? Anímate a probarlo durante una reunión y comprueba lo fácil que puede resultar el cierre de una negociación con la Comunicación No Verbal Científica.

 

Javier Torregrosa

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